sábado, 3 de abril de 2010

Operaciones de ensueño

Siento un extraño mareo, la puerta está abierta. Hay una mosca rondando, ya ha pasado varias vueltas por los restos de la sopa.
Aún me siento cansado cómo para seguir su vuelo, los párpados palpitan, la garganta pica, y mucho. Si pudiera rasgarla por dentro, ni tragando grandes cantidades de saliva puedo aliviar la comezón.
Un techo parecido, tal vez un blanco más puro. Debo darle una retocada al mío, huele a pollo y zapallo, enfermante zumbido, maldito haz de luz que me da en la punta de la nariz.
Ahora tengo sed, tengo los labios como partidos, los dientes cubiertos por saliva viscosa. Debo llevar mucho tiempo dormido, pero aun que no pueda saber bien donde estoy, y los ojos están fuera de órbita y la garganta me da una rabia asquerosa, no recuerdo nada.
Lo último fue... no lo recuerdo bien, es cómo cuando te duchas y el espejo queda borroso por el vapor del agua caliente. Algo así cómo una mano blanca, una guante debe haber sido. Pero algo me encandiló, algo brillante, un sonido metálico.

Continuará...

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