Entradas populares

sábado, 29 de enero de 2011

Quimeras de cama

En unos segundos encontré mis pestañas encima tuyo, junto con un aire frío en la espalda que me obliga a sostenerte.
Hallé el relieve de tu piel, con los ojos encima de tus poros.
Y mientras suspiro futuros indeseables en tu hombro, susurro entre el lóbulo y el aro de tu oreja todo lo que no digo cuando tus ojos me vigilan.
Mientras cada minuto un haz de luz atraviesa la ventana y pareciera que nos busca entre las sábanas y la alfombra, yo miro tus uñas que reflejan el sol muy cerca de mi almohada. Y termino descubriendo nuestras extremidades inmersas en la humedad del rocío diurno.
Entre cuerpos desnudos no hay pudor mientras permanezcan los cuerpos juntos. A merced de la verdad que revelan los defectos corporales, y un perfecto instante para enamorarse de aquellos lunares únicos que formarán parte de la retina.
Perdido entre los pensamientos del instante, y con miedo a lo que podría venir en la ausencia entre dedos que no te hallan.
Porque esta quimera ardiente no se calla nunca, y aunque se rompa, seguirá ardiendo en un rincón, esperando flamear por las noches vagabundas de entrañas solitarias.
Es sabor a cenizas cuando en mañanas como éstas me pierdo en los pliegues de tus labios sedados en sueño, chocando los dientes y el aliento para dormir. Dejar de pensar qué aguarda cuando por fin te despiertes y te arropes con pudor.
Me doy cuenta de que el sonido metálico de la hélice del techo está funcionando. Circular, infinito, un circuito que seguirá repitiéndose por siempre.
Mientras apoyo mi cabeza en tus costillas, el devaneo giratorio penetra mis orejas, corroborando que tu piel sigue aquí, esperando en el silencio eléctrico las primeras palabras que me dirás.

El Alicurco